Sevilla es sin duda una de las ciudades más bonitas de España. Llena de grandes atractivos, el ambiente que se respira en la capital sevillana siempre invita a dar un paseo por ella. Siempre y cuando intentéis evitar hacerlo en pleno verano, cuando las temperatuas son extremadamente altas.
Uno de los principales monumentos de la ciudad es la Catedral de Sevilla, la tercera catedral gótica más grande del mundo. Comenzó a construirse en 1402 sobre la antigua mezquita, y se concluyó un siglo después, en 1506, aunque tuvieron que hacerse diversas restauraciones de la cúpula, que se derrumbó en 1511 y 1888.
De la antigua mezquita se utilizaron muchos elementos para construir esta catedral. Precisamente otro de los grandes monumentos de la ciudad, la Giralda de Sevilla, pertenecía a esa vieja mezquita, ya que era el minarete desde el que los musulmanes llamaban a los fieles para la oración. Podéis subir hasta ella y contemplar una de las mejores panorámicas de la ciudad.
La fachada principal es la que da a la Avenida de la Constitución, con la puerta mayor, la Puerta del Baptisterio y la Puerta del Nacimiento. Hay otra serie de puertas, como la del Perdón, que da acceso al Patio de los Naranjos, la Puerta del Lagarto, la Puerta de los Naranjos, la Puerta de las Campanillas y la Puerta de San Cristóbal.
El tamaño es una de las cosas que más os llamará la atención de la Catedral de Sevilla. Precisamente su altar, situado a veinte metros de altura, es el más alto del mundo. Además de este tamaño, tiene una magnífica belleza, en la que se representan 44 escenas de Cristo diseñadas por Pierre Dancart. El día del Corpus danzan delante de él los célebres seises.
Ese tamaño hace que la catedral cuente con hasta 80 capillas y numerosas tumbas. La nave de la iglesia tiene 116 metros de longitud, la más larga de España y 76 de ancho, además de 56 metros de alto. De entre sus tumbas destacan la de Cristóbal Colón y la de Fernando III. Acercaros también a visitar el tesoro de la catedral, con una cruz qu lleva incrustadas más de once mil joyas.
De todas esas capillas la más interesante es la Capilla Real, construida en 1551. En ella se encuentra la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla, y los restos de los monarcas Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio, junto a los de su esposa Beatriz de Suabia.
Hay que visitar también la Sala Capitular, el primer espacio elíptico construido durante el Renacimiento, y que alberga cuadros de Murillo, además de la Sacristía Mayor, de mediados del siglo XVI, que es precisamente donde se haya el tesoro catedralicio.
Una visita a la catedral nos llevaría unas dos horas de recorrido, tanto para ver el altar, las capillas, la Giralda, las tumbas de Colón y Fernando III, además del tesoro.
Foto Vía Rayjeanne
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