Reconozco que el norte de España es una de mis debilidades turísticas. Ahora que tengo la posibilidad de vivir cerca, siempre que puedo planifico alguna pequeña excursión en coche, alguna ruta para conocer ciudades, monumentos, paisajes y pueblos pintorescos. La belleza que nos puede deparar esta zona de nuestra geografía creo que difícilmente puede compararse.

Tengo en mente reservar mis vuelos baratos para la próxima ruta que ando planificando. Quiero ir desde Bilbao a Oviedo en coche, siguiendo posiblemente la carretera de la costa. Un trayecto de casi 300 kilómetros que, para quien no quiera recorrerlo en coche, también se puede hacer en tren a través del FEVE. Yo prefiero la libertad de ir parando a mi gusto, incluso tentando la posibilidad de hacer la ruta en un par de días o tres.

De Bilbao partimos rumbo a Barakaldo, apenas separados por diez kilómetros, para continuar hasta Castro Urdiales, ya en la región de Cantabria, pasando por Getxo. De Bilbao a Castro Urdiales apenas hay 36 kilómetros. Ahí es donde comenzará a llegarnos y empaparnos el sabor dulce e impetuoso del Cantábrico.

Cantabria es una región por la que siento especial predilección. El verde de sus valles contrasta con el azul intenso y espumoso de sus pueblos costeros. Ni que decir tiene que la carretera de la costa que deslizamos bajo nuestros pasos nos lleva hasta rincones tan pintorescos como Suances, Val de San Vicente y Llanes. Si queréis, también podéis adentraros un poco tierra adentro, pasando por Torrelavega, Cabezón de la Sal y, más adelante, tocar las estribacines de los Picos de Europa.

Tras pasar Llanes entramos en el Principado de Asturias, con la primera parada en Ribadesella. Cuántas veces de pequeño pude ver la célebre regata de piraguas que se celebra en esta población. La belleza de piedra de este enclave, junto con el sonido fresco del Sella es una hermosa banda sonora para continuar la ruta.

De Ribadesella seguimos hasta Villaviciosa, continuando por Gijón, y de ahí bajando ya hasta Oviedo, nuestro punto final de la ruta. Si tenéis tiempo acercaros también a Avilés y, porqué no, al hermoso anfiteatro de colores que forman las casas de Cudillero, uno de esos pueblos que serviría de postal a cualquier viaje.

No preparéis demasiadas cosas para hacer una ruta como esta. Ya veis que es muy sencilla pero muy atractiva. Hay quien tal vez la haga en un día, aunque yo os recomiendo mejor un par de ellos. Así vamos mucho más tranquilos, ¿no?.

Foto Vía Rurae

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