Hasta que no estuvimos allí no nos dimos cuenta el porqué Valldemossa, en la Sierra de la Tramuntana, es uno de los lugares más visitados de la isla de Mallorca, además de ser el punto más alto. Valldemossa se halla apenas a 10 kilómetros de Palma de Mallorca. Para llegar hay que tomar una carretera un poco empinada, pero sin problemas de ningún tipo.
También se puede tomar un autobús desde Palma, aunque lo mejor es alquilar un coche en la isla, que se puede hacer perfectamente después de reservar vuestros vuelos baratos a Palma de Mallorca. Pasear por Valldemossa es uno de los encantos que tenéis que descubrir. Callejuelas con casas de piedra arenisca y macetas de colores en los balcones.
Un lugar muy tranquilo e idílico. Pero Valldemossa es conocida sobre todo por albergar la Real Cartuja de Valldemossa, el segundo monumento más visitado de la isla después de la Catedral de Palma de Mallorca.
Esta cartuja fue fundada en 1339, pero quizás no se hizo famosa hasta 500 años después, cuando en ella vivió el compositor Frederic Chopin, entre 1838 y 1839. Durante este tiempo, Chopin vivió con George Sand, una escritora que precisamente escribió sus impresiones de Valldemossa junto a Chopin. Cada mes de agosto la cartuja acoge el tradicional Festival de Chopin.
Después de visitar la Cartuja de Valldemossa podemos acercarnos en el pueblo hasta la casa natal de Santa Catalina Thomas, quien nació aquí en 1531. Esta santa pasó gran parte de su vida en un convento en Palma de Mallorca, donde según cuenta la leyenda mezclaba arena con sopa para evitar el pecado de la gula. La mayoría de las casas de Valldemossa tienen en su interior un azulejo de la santa bendiciendo el hogar.
Las calles empinadas y estrechas de Valldemossa son un veradero encanto para el turista de a pie. Resulta increíble imaginar que recorriendo estas callejuelas empedradas estuvieron artistas de la talla de Rubén Darío, Jorge Luis Borges o Jovellanos. No nos extraña en absoluto, ya que la belleza natural y especial de Valldemossa inspiraría a cualquiera.
Si no tenéis tiempo de visitar Mallorca en verano, no os preocupéis, ya que la estampa de Valldemossa en invierno resulta muy especial. Sus tejados llenos de nieve y sus cumbres nevadas suponen una fotografía de postal que deberíais tener entre vuestros mejores recuerdos.
Foto Vía Travelpod
- El verano en San Sebastián
- Ibiza, destino gastronómico del Mediterráneo
- Turismo rural a Roquetas de Mar : Punta Entinas – Sabinar