Mi intención era visitar Cardona, uno de los pueblos más pintorescos de la provincia de Barcelona. Uno de esos enclaves medievales, de calles empedradas, casonas nobiliarias y una fortaleza que han convertido en Parador de Turismo para que parezca que nos alojamos en pleno castillo.

Allí me hablaron de Solsona, otro lugar encantador, ya en la provincia de Lleida, a solo 20 kilómetros de Cardona. Ya que habíamos llegado con nuestros vuelos low cost a Barcelona, la excursión había que aprovecharla bien. De esta manera nos fuimos a conocer esta población ilerdense.

Tal vez no llame tanto la atención como Cardona, pero el centro histórico de Solsona merece mucho la pena. Sus viejas murallas y las puertas de Llobera, el Pont y Castell nos recuerdan el pasado medieval y las escaramuzas que se vivieron por estas tierras siglos ha. Todo este enjambre de callejuelas rodean uno de los grandes monumentos del municipio, la Catedral de Solsona.

Construida en estilo gótico entre los siglos XIII y XVII, aún conserva algunos restos de la primitiva iglesia románica que se levantó en su origen, como los ábsides, el campanario y la parte inferior del claustro. En su interior se halla la imagen de la Mare de Deu del Claustre, patrona de Solsona, que está considerada de las mejores tallas de la escultura románica catalana.

Seguimos nuestro particular callejeo por Solsona. Hay rincones de visita imprescindible, como la porticada Plaza Mayor, la fuente gótica de la Plaza de San Juan, que data del siglo XV, el Palacio Episcopal, que alberga hoy el Museo Diocesano, el edificio del Ayuntamiento, construido en el siglo XVI, la Torre de las Horas o el Palau Llobera.

No van a faltarnos lugares, como veis, para visitar en Solsona. Las viejas murallas levantadas entre los siglos XI y XIV dan muestras de su carácter medieval y pintoresco. Perderos en su enjambre recoleto y empedrado y disfrutar de uno de los rincones más bonitos de Lleida.

Foto Vía De punta a punta

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