La carretera que nos lleva desde Ibiza hasta Santa Eulalia des Riu está impregnada de pequeñas calas y urbanizaciones costeras que le dan un aire muy turístico y tradicional a la isla. Rincones como Cala Llonga, Valverde o Roca Llisa son lugares especiales e idílicos. Santa Eulalia des Riu siempre me ha parecido un enclave diferente en Ibiza. Apenas a quince kilómetros de la capital ibicenca, es un destino estupendo para pasar unos días.
Viene llamándose Santa Eulalia desde la época en la que los cristianos la reconquistaron a los musulmanes. Y lo del río, está claro, ya que pasa por ella el único río de todas las Baleares, del que siempre ha dependido en buena parte la economía de la zona, con sus huertas y sus molinos harineros.
Si tenéis vuestros hoteles en Ibiza, Santa Eulalía del Río es un rincón perfecto para una pequeña excursión a lo más tradicional de la isla. Su arquitectura blanca contrasta con el azul intenso del Mediterráneo que la baña. Y es que Santa Eulalia tiene playas muy conocidas, como la Playa de Sa Boca des Riu, la Playa dels Pins y la propia Playa de Santa Eulalia. En verano se llenan de turistas, dispuestos a disfrutar del sol de Ibiza.
La zona del paseo marítimo es tal vez la más animada de Santa Eulalia. De ahí se puede pasar al centro histórico, en donde observamos con mayor intimidad la blancura siempre presente de las casas encaladas, algo tan típico de la isla. En el centro de la población se halla la Parroquia de Santa Eulalia, construida en 1785 sobre la antigua iglesia de la reconquista, también en un color blanco característico.
Santa Eulalia cuenta también con un pequeño Museo Etnológico, en el Puig de Missa, en donde conocer un poco más de la historia, las costumbres y las tradiciones de la ciudad.
A la caída de la tarde os recomiendo acercaros a la zona del paseo marítimo a degustar en sus restaurantes el famoso guisat de peix. Si sois más de carne, en Santa Eulalia se preparan muy buenos embutidos y el cuinat, un típico potaje de verduras.
Como veis, Santa Eulalia des Riu es uno de esos lugares imprescindibles de visitar en la isla. Su blanca arquitectura, su situación idílica, playas, calas y cocina la convierten en una excursión más que estupenda para un fin de semana.
Foto Vía Ask
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