San Sebastián es una de las ciudades de vacaciones más interesantes del norte de España. La pintoresca bahía de herradura, con la rocosa isla de Santa Clara en el centro, es un escenario perfecto para este elegante complejo. La ciudad está rodeada de colinas y magníficas vistas panorámicas.
Aunque la ciudad fue fundada en 1150, fue reducida a cenizas en 1813 por los soldados británicos y portugueses que expulsaron a la ocupación francesa. Los habitantes de San Sebastián eran pro-británicos y antifranceses pero, a pesar de eso, la ciudad fue incendiada. Por tanto, la mayoría de los grandes edificios de la ciudad datan del siglo XIX, con algunos bellos ejemplos de arquitectura victoriana.
El casco antiguo cuenta con la Calle Fermín calbetón donde hay una gran selección de cafés, restaurantes y tiendas. La iglesia más antigua de la ciudad, del siglo XVI, es la de San Vicente, símbolo de la ciudad vieja. Desde la parte vieja se puede pasear hasta la playa, o ir un poco más allá y tomar el funicular, construido en 1912, hasta el Monte Igueldo, desde la que se tienen las mejores vistas de San Sebastián.
La imponente catedral neogtótica inicia nuestro camino hasta la ciudad nueva. Hay también otros edificios de interés, como el Palacio de la Diputación, del siglo XVIII, o la iglesia barroca de Santa María. Además, hay excelentes museos dignos de visitar.
San Sebastián es conocida también por la cocina vasca. Mientras visitáis la parte antigua de la ciudad tenéis que parar en alguno de sus bares y probar los sabrosos y célebres pintxos de San Sebastian, similares a las tapas. San Sebastián es ciudad también de fiestas, sobre todo el día de San Sebastián, cada 20 de enero, donde las calles se llenan con el estruendo de las tamboradas las 24 horas del día.
Sólo nos queda decir que San Sebastián es fascinante. Vale la pena acercarse hasta ella y recorrerla. Os encantará.
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