Como antigua capital de España, Valladolid tiene un patrimonio arquitectónico de gran valor. Los edificios civiles se mezclan con los religiosos en un abrazo de belleza que difícilmente tiene parangón en otra ciudad española. A esto se le añade la calidad de sus museos, su rica gastronomía, fiestas, tradiciones y una animada vida nocturna que hacen de Valladolid un destino turístico perfecto para cualquier época del año.
Una buena excusa para reservar nuestros billetes de avión a la capital pucelana sería hacer una pequeña ruta por las iglesias de la ciudad. La ruta es amplia ya que, en nuestro paseo por el centro histórico, nos encontraremos con varias de ellas. Son iglesias que abarcan todos los estilos, y guardan en su interior verdaderas joyas artísticas.
Iniciamos nuestra andadura por la Plaza de San Pablo para visitar el convento del mismo nombre, donde destaca especialmente su magnífica fachada gótico-isabelina, que se erigió en el siglo XV. Precisamente y, aunque no venga al caso en este artículo, en esta plaza también encontramos el Palacio de los Pimentel, donde nació en 1527 Felipe II.
Unas calles más abajo de San Pablo tenemos la Iglesia de San Miguel, construida a finales del siglo XVI, y en la que destaca su hermosa Capilla de la Buena Muerte, de estilo barroco. A pocos metros de esta iglesia veremos el Monasterio de San Benito el Real, cuyo origen se remonta al siglo XIV. En su época fue el convento benedictino más importante de España. Hoy alberga un interesante Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano.
Así llegamos hasta la céntrica Plaza Mayor, en la que se encuentra, un poco más allá, la Iglesia de Santiago, construida en el siglo XVI y en la que visitamos el magnífico retablo de la Epìfanía. Si bajamos hasta la Plaza de Zorrilla tenemos la Iglesia de San Juan de Letrán, levantada entre los siglos XVII y XVIII.
Volvemos de nuevo a subir hasta el centro histórico para continuar el recorrido por la Iglesia del Salvador, del siglo XVI, con una magnífica torre y el retablo de la Capilla de San Juan Bautista. A su lado, la Iglesia de San Felipe Neri, del siglo XVII.
Para el final hemos dejado la poderosa efigie de la Catedral de Valladolid, a pocos minutos andando de las dos iglesias anteriores. Se comenzó a construir a finales del siglo XVI y en ella visitamos la capilla mayor y su retablo manierista y el Museo Diocesano y Catedralicio, que recoge una de las mejores colecciones en España de arte sacro de los siglos XIII al XVIII.
Para rematar el recorrido nos quedaría la Iglesia de Santa María la Antigua, iglesia románica del siglo XIII, que atrae a cualquier turista por su preciosa torre románica; la Igleia de las Angustias, de principios del XVII; la Iglesia de la Magdalena, de finales del XVI; y la Iglesia de San Martín, con su torre románica del siglo XIII.
Foto Vía Arquitectura Civil en la España Moderna
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