Aquella antigua Ovetum que dio paso a la Oviedo de hoy, aquella capital del reino de Asturias que ha dejado un sabor especial y constante en el centro histórico de la ciudad. La Oviedo que enamora desde su pasado de iglesias prerrománicas y el litoral de su Costa Verde, la Oviedo de terrazas, sidra y una llovizna que convierte en magia todo lo que moja.
Es ineludible porque es un placer caminar por el centro histórico de Oviedo, pasando de la Universidad a la Catedral, en cuya plaza la Regenta, toda vestida de negro, mira al suelo con timidez y elegancia. Pasear desde el Palacio del Marqués de San Félix hasta Camposagrado, donde más estatuas dan vida de piedra a la ciudad.
No hay plaza que no cobre vida y descanso en Oviedo, con sus terrazas y sus bares de sidra, los típicos chigres. Guardo en la memoria como un espolón de belleza la imagen de la torre de la Catedral de Oviedo en medio de la noche, iluminada, dibujando una sombra invisible que al día siguiente, bien temprano, se proyectará sobre toda la ciudad, la moderna y la vieja.
Alrededor de la catedral no sólo hay casas, plazas o edificios, sino joyas, como la Iglesia de San Tirso, los museos de Bellas Artes y el Arqueológico, el Palacio de Velarde o el Convento de San Vicente. Os aconsejaría especialmente la visita al Museo Arqueológico, donde encontraréis todos esos restos prerrománicos encontrados en la ciudad y en los valles asturianos.
Y es que el prerrománico de Oviedo es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y por el corazón de todos los que lo visitan. Iglesias como las de Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo o San Julián de los Prados, así como Santa Cristina de Lena, la Cámara Santa y la fuente medieval de Foncalada son obras de arte que nacieron allá en la noche de los tiempos.
No olvidaréis rincones como la Plaza de la Catedral o la de Alfonso II el Casto, Cimadevilla, la parte más antigua de la ciudad, con la Plaza de Trascorrales y la de la Constitución. La Plaza de Fontán o las casas de colores de Daoíz y Velarde.
Oviedo antigua y Oviedo moderna se funden en el edificio de la Universidad, la que da paso a la capital del siglo XIX, con la Plaza de la Escandalera y el Campo de San Francisco. El Palacio Regional y el Teatro Campoamor son otros dos iconos de esta ciudad más joven.
Cualquiera que sea vuestro itinerario en Oviedo será realmente inolvidable. Hacednos caso, la mítica Vetusta de Clarín os espera.
Foto Vía J.J Menéndez
- El verano en San Sebastián
- Ibiza, destino gastronómico del Mediterráneo
- Turismo rural a Roquetas de Mar : Punta Entinas – Sabinar