Palencia, la Bella Desconocida

Palencia

Siempre habíamos oído hablar de ella como la Bella Desconocida, y como no queríamos que siguiera siendo precisamente eso, una desconocida, nos hemos trasladado hasta Palencia, para conocer este rincón castellano. Ya no nos es desconocida, sino bella, tanto como quizás no hubiésemos imaginado. Un lugar al que es muy fácil llegar, debido a la gran cantidad de viajes baratos que hay hasta Palencia.

Por aquí han pasado romanos, visigodos y árabes, que han dejado su legado en cada esquina, en cada calle y plaza de una ciudad tranquila, que nos regala una visión antigua y moderna sin igual. Pero realmente la Bella Desconocida ha sido y será siempre la Catedral de Palencia, un impresionante templo, lleno de misterio, con sus gárgolas acechando desde la parte alta.

Un lugar que tenéis que visitar completamente, como por ejemplo la cripta de San Antolín, un sepulcro del siglo VII, en el que el silencio y el misterio parecen deambular. Después de recorrer los vericuetos de esta catedral, tenemos que acercarnos al Museo de la Catedral, que alberga la joya del San Sebastián del Greco y algunos tapices flamencos del siglo XVI.

Si salís de la Catedral de Palencia, y miráis hacia el horizonte de la ciudad, os encontraréis con una de las imágenes más turísticas de Palencia. Se trata del Cristo del Otero, una estatua de Cristo situada en unas colinas a las afueras de Palencia. Fue construido en 1931, y curiosamente es la segunda estatua de Cristo situada más alto en el mundo, tras el Cristo del Corcovado de Río de Janeiro.

Podemos llegar a ella a través de un camino que serpentea por la colina, aunque también podemos subir a ella en autobús. Ni que decir tiene que las vistas de Palencia y de los campos castellanos que tenemos desde el Cristo son impresionantes, por lo que resulta de visita obligada.

No podemos tampoco dejar de pasear por el centro histórico de Palencia, un lugar muy concurrido, sobre todo los fines de semana, ya que allí tiene lugar lo mejor de la vida nocturna de la ciudad. La Plaza Mayor y las callejuelas de sus alrededores, son lugares de encuentro en los que pasear. Os recomendamos que visitéis Palencia a principios de septiembre, cuando se celebra la Fiesta de San Antolín, patrón de la ciudad.

Así pues, no os quedéis simplemente con el dicho de esta Bella Desconocida. Acercaros a ella y descubriréis un legado maravilloso, tanto en sus calles como en su ambiente. Historia y cultura atraviesan el corazón de Palencia.

Foto Vía Fjmanzanal

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