España presenta para el viajero un abanico de posibilidades en cuanto a destinos. Su diversidad de paisajes, historia, culturas y tradiciones la hacen una tierra de la que es imposible no enamorarse.
Dentro de sus magníficos paisajes la bella isla de Menorca brinda la posibilidad de descubrir un destino casi mágico formado por una extensa costa, escarpadas cuevas y la tonalidad verde de sus colinas.
Playas excelentes que brindan la posibilidad de interminables baños de sol y mar, además de la práctica de deportes acuáticos variados y de realizar largos paseos al atardecer.
Rica en su geografía y también en su historia, puede llegarse a este verdadero paraíso tanto por avión como por barco y una vez allí comenzar a disfrutar de una gran variedad de posibilidades que harán una estadía inolvidable para el viajero.
El punto más alto de la isla se encuentra en el llamado monte del Toro que elevado a 358 metros brinda magníficas vistas panorámicas, ideales para los aficionados a la fotografía
Menoraca conserva su esencia virgen en lugares como los escarpados acantilados y en su naturaleza colmada de paisajes con lugares que sirven de hogar para una gran diversidad de aves entre las que se destacan los ruiseñores.
El pasado lejano se hace presente a través de sus estructuras antiguas traducidas en templos y sepulturas que aún hoy se conservan como testimonio de su extensa historia. Contando además, con la mayor cantidad de monumentos megalíticos que existen en el Mediterráneo.
Un destino ideal tanto para grupos, como para familias y parejas, Menorca cuenta con una infraestructura turística de privilegio que se traduce en variadas opciones de alojamiento donde puede optarse por un hotel de lujo como también el alojamiento en villas, casas rurales y apartamentos.
Además, es posible hallar una selecta cantidad de hoteles muy cerca de las playas que transforma en sencillo el acceso para personas que tienen su movilidad reducida.
Para quienes gustan de unas vacaciones activas las posibilidades también son múltiples incluyendo actividades tales como senderismo, piragüismo, buceo, ciclismo y equitación por nombrar sólo algunas de las opciones.
En costa de la parte sur la isla posee gran cantidad de zonas verdes y aguas cristalinas y tranquilas que se ensamblan con arena fina y blanca. Contando además con varias playas vírgenes como la playa de Trebalúger y Fustam.
En esta zona, más precisamente en el término municipal de Alajor se encuentra la cala llamada Cales Coves además de cuevas que cuentan con miles de años y que a través del tiempo y la acción del agua han formado caprichosos dibujos, bañados por aguas tranquilas de tonalidad turquesa.
Entre las playas urbanizadas se destacan la de Bou y Cala en Porter en Alaior, la de Sant Tomàs y Sant Adeodato ubicadas en Es Migjorn Gran.
Las calas de Menorca son famosas y tanto se encuentran en el litoral sur como en la parte norte, donde la arena es oscura y la vegetación se torna más agreste e inhóspita debido a la acción del viento que castiga esta parte de la isla.
En esta zona la mayoría de las islas son vírgenes y de una gran belleza natural, que apasionan a quienes gustan de mayor privacidad.
Su gastronomía se destaca por la calidad de sus pescados y mariscos, estrellas principales de una culinaria digna de ser saboreada en los diferentes restaurantes con los que cuenta la isla.
Con una oferta cultural variada, Menorca posee gran cantidad de monumentos prehistóricos, además de diferentes museos y dentro de sus acontecimientos culturales más importantes se destacan la Semana Internacional de la Ópera, en Maó, además de conciertos y variados festivales a nivel internacional.
La Isla de Menorca es un verdadero paraíso imposible de resistir por sus variadas opciones que garantizan una estadía maravillosa que dejará a quien la visita con deseos de volver.
Foto Vía Jaume Meneses
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