El paisaje de las islas Canarias está configurado por una mezcla perfecta de turismo rural y de playa. Aunque a muchos les pueda parecer lo contrario, hay innumerables rutas de senderismo por cada una de las islas que nos invitan a conocer muchos parajes de enorme belleza, más allá de lo que es estar tumbado al sol o disfrutando de la piscina de nuestro hotel.
Sin ir más lejos una de las imágenes que tengo grabada de mis vacaciones Gran Canaria es la del imponente Roque Nublo allá en el horizonte de la isla, a más de 1800 metros sobre el nivel del mar. Para ver este enorme símbolo natural de la isla tenemos que dirigirnos hasta Tejeda, una población situada en el interior de Gran Canaria, 40 kilómetros al suroeste de Las Palmas.
El Roque Nublo se encuentra precisamente en el Parque Rural del Nublo. De origen volcánico, tiene una altura de 80 metros y está considerado uno de los roques más grandes del mundo. Para los grancanarios es todo un símbolo, y ya desde la época de los aborígenes se venera como lugar de culto.
Es por eso que a su alrededor giran, como no podría ser de otra manera, los mitos y leyendas. Un amigo de Tejeda me contó una de las tradiciones que se siguen llevando a cabo junto al Roque Nublo. Al parecer las parejas de enamorados suben hasta la cumbre para ver la puesta de sol y consagrar así su amor al roque. No es algo que hoy en día sigan mucho las nuevas parejas, pero al menos la tradición se mantiene.
Por supuesto, no tenéis porqué estar enamorados para subir al roque. La subida tiene su recompensa en forma de vistas preciosas. Difícil explicar con palabras lo que se aprecia desde este mirador, posiblemente el mejor que podamos encontrar en Gran Canaria.
Es obvio que cuando lo veais desde su base tendréis la tentación de subir hasta él. Espacio Natural desde 1987 y Parque Rural desde 1994, el Roque Nublo es uno de los símbolos de Gran Canaria.
Foto Vía Fotonatura
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