San Sebastián tiene muchas cosas que ver y de las que disfrutar. Su gastronomía es envidiable y es el objetivo máximo de muchas de las personas que visitan esta ciudad a lo largo del año, pero a parte de su gastronomía San Sebastián destaca también por su belleza y sus playas junto a la ciudad.
Fruto de esa proximidad que existe entre el mar y la ciudad destaca el Peine del Viento, obra de Eduardo Chillida y construida junto a la playa de Ondarreta, bajo el monte Igueldo.
Las esculturas se encuentran levantadas en un conjunto arquitectónico obra del arquitecto Peña Ganchegui. Este lugar junto con las esculturas de Chillida es uno de los más visitados de San Sebastián, no sólo por los turistas sino también por los propios Donostiarras que se acercan paseando hasta allí frecuentemente ya que se trata de uno de los paseos más bonitos de la ciudad y más recomendados en cualquier guía de San Sebastián como la de Sansebastianstyle.
La obra fue finalizada en el año 1976 no sin muchas dificultades para terminarla. El excesivo peso de las obras, que llegaban a pesar más de 10 toneladas, hizo que Chillida tuviera que pedir ayuda a la embajada americana y sus helicópteros en un principio y posteriormente a Elósegui, quien inventó un sistema de puente con railes para poder transportar las pesadas piezas desde tierra hasta el lugar que ocupan actualmente en medio del mar.
Junto a la obra de Chillida se construyeron una especie de tubos subterráneos por los que entra el agua con fuerza en los días que la mar está más «viva» expulsando unos chorros de agua hacia el exterior por unos orificios creados en la superficie. Estos chorros hacen que el Peine del Viento se convierta en un espectáculo en el que mayores y pequeños se divierten.
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