Está claro que Sevilla es uno de los lugares que tenéis que conocer. Hay muchos monumentos, museos, iglesias y otra serie de atractivos, calles, plazas y muchos barrios con encanto, como Triana o el Barrio de Santa Cruz. Sin embargo, hoy nos dejamos de turismo y vamos a descansar un poco.
Para ello nada mejor que el Parque de María Luisa, declarado Bien de Interés Cultural, y tal vez uno de los parques más conocidos de España. Hay muchos vuelos hasta Sevilla para poder conocer este rincón verde de la capital sevillana.
El nombre de María Luisa le viene de la infanta María Luisa de Borbón, Duquesa de Monpensier, quien donó este parque a la ciudad en 1893. Y es que, anteriormente, este parque pertenecía a los jardines privados del Palacio de San Telmo, donde vivieron sus amores Alfonso XII y María de las Mercedes. De todas maneras, el diseñador francés Forestier le agregó algunas modificaciones.
Además de la naturaleza y los jardines que podemos contemplar en este parque, hay dos lugares emblemáticos en la ciudad, la Plaza de España y la Plaza de América, donde se halla el Museo de Arte y Costumbres Populares y el Museo Arqueológico.
Si tenéis la oportunidad de pasear por el parque hay muchos senderos y glorietas, en los que deambulan pavos reales y pájaros de todo tipo, además de cisnes y patos. Veréis muchas fuentes, como la Fuente de las Ranas, la Fuente de los Toreros y la Fuente de las Palomas. La mayoría del recorrido está surcado de glorietas, con nombres en especial de artistas.
Ya en el centro del parque se halla el Monte Gurugú, nombre que tiene el macizo que se halla en Melilla. Un lugar de recuerdos muy románticos es la zona de la Isleta de los Patos, un precioso estanque con un pabellón en donde, según cuenta la leyenda, el rey Alfonso XII le declaró su amor a María de las Mercedes.
Por último, tenéis que visitar la Glorieta de Bécquer, con el hermoso busto del poeta sevillano. A su alrededor veréis un bellísimo ciprés, plantado en 1850.
Foto Vía Rocío Ortega
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