Hace apenas un mes tuve la oportunidad de pasar un fin de semana en el Hotel Monasterio de San Clodio. Íbamos para asistir a la boda de unos amigos y, si bien pensaba que iba a resultar un lugar un tanto exclusivo, la imagen fue totalmente diferente. Se trata de un espacio histórico de indudable belleza.
Amén de las ricas viandas que se comen en Galicia, cualquier catering en España bien organizado es un lujo que envidiarían en cualquier país, el escenario del monasterio daba al evento un empaque de grandeza místico y espiritual. Situado en Leiro, a 35 kilómetros de Ourense, la paz que se respira entre sus muros hace que te sientas como desplazado en el tiempo.
Declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931, parece que el origen de este monasterio no está demasiado claro del todo. Hay quienes lo sitúan en el siglo VI y otros en el X, lo cierto es que durante su existencia ha pasado por manos cistercienses y benedictinas (desde el siglo XIX pertenece a estos últimos).
La boda se llevó a cabo en la Iglesia de Santa María, templo anexo al monasterio construido entre los siglos XII y XIII. De estilo gótico, no es una iglesia demasiado grande, de fachada sencilla, pero con un interior de notable belleza. La oscuridad de la nave central y las diferentes esculturas de la Virgen y los santos del retablo mayor son también atractivos a tener en cuenta.
El convite se celebró en uno de los claustros del monasterio. La tarde anterior al mismo tuve la oportunidad de pasear relajadamente por los dos claustros del recinto. La calma que se podía respirar en cada uno de ellos era fascinante. Las habitaciones del hotel están dispuestas en torno al claustro, aunque las vistas son a la parte posterior del monasterio.
Al encontrarnos en el corazón de la comarca de Ribeiro no pudimos por menos que degustar la gran calidad de sus vinos. Este monasterio es una magnífica oportunidad para alojarnos en la sencillez y la elegancia de Galicia. Un lugar sin duda más que recomendable por su belleza, su historia y el encanto particular de disfrutar de un ambiente único y genuino.
Foto Vía Ohrizonte
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