El Corral del Carbón en Granada

Dijo el poeta Jorge Guillén que Granada está dormida ante su imagen. Siglos antes ya Alejandro Dumas había asegurado que al contrario que las demás ciudades españolas, Granada adelanta algunas de sus casas para recibir al viajero. Un tesoro dramáticamente árabe, clavado en el tiempo.

Granada no solo es la Alhambra, el Albaicín o el Sacromonte. En su interior hay pequeñas joyas que, no por ser menos conocidas, resultan que deban pasar desapercibidas. Es el caso del Corral del Carbón, la única alhóndiga andalusí que se conserva íntegra en toda la Península Ibérica.

Construido en el siglo XIV por Yusuf I como almacén de mercancías para venderlas aquí mismo, lo encontramos en la calle Mariana Pineda, a buen seguro muy cerca de algunos de los mejores hoteles en Granada online. Dicen que es uno de los monumentos musulmanes más antiguos, y en él se alojaban también los mercaderes que pasaban por la ciudad.

Curiosamente su nombre actual no se lo dieron los árabes sino los cristianos tras la reconquista de 1492 por parte de los Reyes Católicos, ya que en ella se alojaban los comerciantes del carbón.

Se accede al interior a través de un pabellón de entrada, un enorme arco de herradura apuntado provisto de alfiz, que da paso a un hermoso patio interior rodeado de galerías de naves con diferentes aposentos. Solo con pasar por su fachada podemos imaginar las bellezas que guarda el interior.

De planta cuadrangular, consta en total de tres pisos. A destacar también la hermosa cúpula mocárabe y sobre todo su portada decorada con yeserías

En la actualidad es la sede de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía y la Orquesta Ciudad de Granada. En verano, por lo general, acoge también representaciones teatrales en el escenario del patio, así como veladas flamencas, conciertos y conferencias.

Como veis, cualquier escenario o pequeño rincón desconocido de esta Granada histórica os sugerirá recuerdos de belleza imborrable. Hay turistas que pasan frente a la puerta de este monumento sin advertir su impronta de lugar con una historia centenaria a sus espaldas. No seáis vosotros…

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