¿A quién no le gustaría poder decir que ha comido en el mejor restaurante del mundo?. Claro, para ello tenemos que unirnos a la larga lista de miles y miles de reservas que llegan hasta el email de El Bulli, el restaurante de Ferrán Adriá, que un año más ha sido catalogado como el mejor restaurante del mundo. Seguiremos rezando para que, algún día, nos llegue la confirmación de nuestra reserva.
Tal es la demanda de este restaurante en Girona, que algunos piensan que es más fácil que les toque la lotería. Más si cabe cuando Ferrán sólo tiene pensado abrir de miércoles a sábado entre junio y diciembre. Y es que, aparte de lo difícil que resulta reservar mesa, también hay que tener dinero para gastarlo. Una cena, en la que nos podemos pedir rabo de cochinillo, ñoquis de polenta, con café nos puede salir por unos 300 euros por persona.
Sin embargo, si no conseguimos reservar mesa en El Bulli, ¿porqué no hacerlo en alguno de los restaurantes que hay en los alrededores?. Os queremos dar pues, mientras esperáis vuestra lotería, algunas recomendaciones.
El Bulli se halla en la localidad gerundense de Rosas. A simple vista, cualquiera diría la enorme calidad gastronómica que hay aquí. La mayoría de sus restaurantes parecen más bien locales para turistas, ya que sus menús se anuncian hasta en seis idiomas. Un poco encaramado en la colina, lejos de la playa, encontramos el primero de ellos, Cal Campaner.
Se trata de un pequeño restaurante, decorado con carteles de fútbol, recuerdos y otras fotografías. Probar aquí sus almejas, los atunes a la plancha y su pulpo.
Para cenar nos vamos a Rafa, escondido en un pequeño callejón con puestos de todo tipo, hasta una tienda donde venden miniaturas de Hitler, Mussolini y Churchill. A pesar de lo que veréis, Rafa es un lugar de peregrinación para los buenos gourmets, sobre todo desde que Ferrá Adriá dijo una vez que era su lugar favorito para comer. Eso sí, cuenta sólo con un puñado de mesas.
El pescado es fresco, del día. Su propietario dice incluso que, si no hay buena pesca en el mercado, no abre el restaurante. No hay un menú, todo se cocina a la parrilla, con aceite de olvia y sal marina. A Ferrá Adriá le encanta de este local sus anchoas. Sin ir más lejos, la Costa Brava es conocida como la costa de las anchoas. También son exquisitos los chipirones.
Frente a Rafa tenemos el restaurante de Las Golondrinas, especializado en carnes argentinas. Sentados ante un filete de primera y una copa de rioja, quizás ya no nos haga falta esperar que el cielo nos ofrezca el regalo de una mesa en El Bulli. Aún así, seguiremos esperando…
Foto Costas Spain
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