Como antigua capital de España, Valladolid tiene un patrimonio arquitectónico de gran valor. Los edificios civiles se mezclan con los religiosos en un abrazo de belleza que difícilmente tiene parangón en otra ciudad española. A esto se le añade la calidad de sus museos, su rica gastronomía, fiestas, tradiciones y una animada vida nocturna que hacen de Valladolid un destino turístico perfecto para cualquier época del año.
Una buena excusa para reservar nuestros billetes de avión a la capital pucelana sería hacer una pequeña ruta por las iglesias de la ciudad. La ruta es amplia ya que, en nuestro paseo por el centro histórico, nos encontraremos con varias de ellas. Son iglesias que abarcan todos los estilos, y guardan en su interior verdaderas joyas artísticas.
Iniciamos nuestra andadura por la Plaza de San Pablo para visitar el convento del mismo nombre, donde destaca especialmente su magnífica fachada gótico-isabelina, que se erigió en el siglo XV. Precisamente y, aunque no venga al caso en este artículo, en esta plaza también encontramos el Palacio de los Pimentel, donde nació en 1527 Felipe II.