Hace pocos meses tuve la gran suerte de descubrir uno de los lugares que más me han impresionado de mis últimos viajes. Nos situamos en la provincia de Tarragona, a orillas del río Francolí, para visitar el pueblo de Montblanc, típico rincón medieval en donde el tiempo parece haberse detenido completamente.
Una extensa muralla medieval rodea el centro histórico. Esta muralla fue construida en 1367 y cuenta con un perímetro de un kilómetro y medio y una media de algo más de cuatro metros de altura y un metro y medio de grosor en sus muros. Se trata de uno de los recintos amurallados medievales más completos de España.
En su origen esta muralla contaba con cuatro puertas, aunque a día de hoy sólo veremos dos, el Portal de Bové y el Portal de Sant Jordi. Ambas se encuentran en el lado oeste y este, respectivamente.