El corazón de Europa o La ciudad dorada. Estos son algunos de los sobrenombres que tiene Praga, la capital de la República Checa. Una urbe que se ha convertido en una de las más visitadas del viejo continente, como así lo demuestra el hecho de que son numerosas las personas de España que, en estos momentos, se encuentran consultando a agencias de viajes o buscando vuelos de Madrid a Praga en sitios como Jetcost que es el que solemos consultar últimamente con muy buenos resultados.
Porque ofrece una amplia red de museos, porque tiene un casco histórico catalogado como Patrimonio de la Humanidad o porque ha sido escenario de acontecimientos como la ocupación nazi hay que visitar este rincón de Europa. Por eso, después de comparar vuelos con Jetcost y encontrar el perfecto, sólo quedará prepararse para descubrir sus encantos.
Es cierto que es imposible quedarse con un único lugar de Praga. No obstante, no es menos cierto que hay varios monumentos y rincones que son de obligada visita:
• Plaza de la Ciudad Vieja. En el siglo XI tiene su origen este enclave, donde se encuentran algunos de los edificios más insignes de la urbe como sería el caso del Ayuntamiento. Una construcción esta que dispone de una torre gótica que alcanza los 60 metros de altura.
• Puente de San Carlos. Si hay un símbolo que identifique claramente a la capital de República Checa es esta construcción, llena de misterio y romanticismo a partes iguales. Destaca por las espectaculares vistas y sorprende su recorrido de 500 metros compuesto por 30 estatuas. Hay que subrayar además que conecta lo es que la zona de Malá Strana con la Ciudad Vieja.
• Reloj Astronómico. Una de las paradas que debe hacer toda persona que pise por primera vez esta tierra es ante el citado reloj medieval, situado en el ayuntamiento. Fue construido en 1490 y está considerado como uno de los más antiguos y hermosos del mundo.
• Clementinum. Como si atravesara una puerta que le lleva a otro tiempo. Así es como se siente el turista que visita esta edificación, una de las más hermosas de Praga. Y es que ha conseguido conservar la belleza y la esencia de siglos pasados, donde ejerció como sede de la Universidad y del Colegio Jesuita.
• Torre de la Pólvora. Asimismo tampoco hay que olvidarse de esta construcción gótica de la segunda mitad del siglo XV, que fue una de las trece puertas de las que se dotó a la ciudad. Se identifica por su aspecto ennegrecido y fascina nada más verla por sus 65 metros de altura.