Entre España y Portugal, así es como geográfica e históricamente podemos definir la ciudad pacense de Olivenza. Fundada por los caballeros templarios a mediados del siglo XIII, el hecho de haber pertenecido en varias ocasiones al país luso hace que hoy nos encontremos en ella una serie de elementos propios de aquellas tierras.
Precisamente no sería hasta principios del siglo XIX cuando pasaría a formar parte de España. Durante los años anteriores se construyeron buena parte de los monumentos que hoy podemos ver en su centro histórico, de ahí que a nadie le extrañan las huellas portuguesas que marcan su patrimonio.
Si queremos dar un paseo por él tenemos que situarnos en primera lugar en la Plaza de Santa María, donde precisamente se levanta la Iglesia de Santa María del Castillo, un edificio propio del renacimiento portugués. Es ver este templo y compararlo con otros dentro del territorio luso y no encontrarle muchas diferencias.