Escondida en un valle y rodeada por el exhuberante paisaje alpino de las estribaciones de los Pirineos, tenemos a la bella Pamplona, capital actual de Navarra. Si visitamos Pamplona tenemos que perdernos por el encanto de la ciudad vieja, donde se hallan los principales puntos de interés. Para tenerlo más fácil, podemos dividir esa ciudad vieja en tres partes: la Navarrería, que es la parte más antigua de la ciudad, y San Cernin y San Nicolás, que datan del siglo XII.
A Pamplona la fundaron los romanos, que la llamaron Pompaelo. Más tarde Pamplona pasó por las manos de los visigodos y los musulmanes. En el siglo VIII Pamplona había formado un pequeño núcleo ferozmente independiente, que pronto se convertiría en el reino de Navarra.
Por su situación Pamplona fue también un lugar emblemático para el célebre Camino de Santiago, que garantizó el desarrollo y el éxito de la ciudad. Desde hace más de mil años, los peregrinos salen desde Pamplona para llegar hasta la tumba del apóstol en Santiago. Fue precisamente la peregrinación a Compostela la que propició el hecho de la aparición de una notable arquitectura religiosa en la ciudad.