Cada vez son más los que escogen el pequeño pueblo de Salardú para una maravillosa escapada de fin de semana. Apenas tiene algo más doscientos habitantes, lo que ya os da una idea de la tranquilidad que se respira aquí. Situado en el pintoresco Valle de Arán, se halla a unos 170 kilómetros al norte de Lérida, y a nueve kilómetros de Vielha.
Es de esos típicos pueblos con encanto que merece la pena disfrutar. En invierno quizás haga bastante frío, ya que se halla a unos 1.276 metros de altitud, en plenos Pirineos, por lo que os lo recomiendo especialmente para la primavera y el verano, cuando las temperaturas son suaves, sin llegar a ninguno de los extremos.
Es un placer pasear por sus callejuelas empedradas y sinuosas, bastante empinadas, por cierto. Todas ellas parten de su amplia plaza central, y en muchas aún pueden verse restos de la vieja muralla del siglo XIII, como el Portal de Pallars. No dejar de visitar la preciosa Iglesia de Sant Andreu, con la imagen interior de Sant Crist de Salardúdel, que data del siglo XII, y su campanario, del siglo XIV.