Seguro que si decimos el nombre de Lloret de Mar a muchos se nos vienen a la mente sus playas y su turismo de verano, ¿verdad?. Sin embargo, Lloret también tiene otros rincones que merecen la pena ser visitados, lugares que han formado parte de su historia y que ya estaban aquí mucho antes de que la gran masa de turistas inundara la ciudad. Hoy queremos acercarnos precisamente a uno de sus símbolos, el Castillo de San Juan.
Y decimos bien símbolo porque su situación es francamente privilegiada. Si tenéis reservados vuestros hoteles en Lloret de Mar lo descubriréis encaramado en la cima de la montaña que separa las playas de Lloret y Fenals. Solo con imaginar las preciosas vistas que se deben tener desde ese altozano a uno le entran ganas de visitarlo.
Su origen data del siglo XI y fue construido precisamente con la idea de defender a la ciudad de los constantes ataques de los piratas berberiscos que asolaban las costas mediterráneas. Pero no solo a los piratas tuvieron que hacer frente sus muros, sino también al ataque de la flota genovesa a mediados del siglo XIV, e incluso terremotos y tempestades. Aún así aguantó todas las embestidas, por lo que hoy podemos ver con nitidez su imponente Torre del Homenaje.