Cada vez que tengo la oportunidad de ir, siempre me llevo algo distinto, un sabor nuevo de Gijón, una ciudad que sigue su camino elegante y tradicional, pesquero, con sus calles y plazas empedradas, añejas, populares.
Con el paso de los años Gijón se ha convertido en algo más industrial, siempre sin perder el encanto de lo viejo, su centro histórico de Cimadevilla, que tanto gusto en recorrer. Asomaros al Palacio de Revillagigedo para tener unas preciosas vistas del paseo marítimo y otros edificios de interés en la ciudad.
Estrechas callejuelas adoquinadas os saldrán al paso en Cimadevilla. Casas tradicionales que, al cobijo de la lluvia, muestran un encanto peculiar. Desde Cimadevilla podéis acabar en el Parque de la Atalaya, con preciosas vistas al puerto y la costa. Aquí veréis la escultural Elogio al Horizonte, del escultor Chillida.