Apenas a unos veinte kilómetros de Jaca, en el pueblo de Santa Cruz de la Serós, o lo que es lo mismo en el corazón del Pirineo aragonés, se levanta posiblemente uno de los monumentos que asistió al nacimiento del reino de Aragón. El Monasterio de San Juan de la Peña, situado en la sierra del mismo nombre, en una oquedad de las rocas, es uno de esos rincones que merecen la pena ser conocidos en la provincia de Huesca.
Podéis llegar hasta aquí en coche desde cualquier punto. Podéis aprovechar las numerosas ofertas de vuelos que hay hasta Zaragoza, a 150 kilómetros del monasterio, o hasta Pamplona, a una hora en coche. Este monasterio, el más antiguo también conocido como Monasterio Viejo, fue fundado en el siglo XI con el fin de albergar los restos de los primeros reyes aragoneses.
Para los amantes del arte románico, entre los que me encuentro, este monasterio es toda una joya. En realidad podríamos decir que este monasterio es una especie de dos por uno, ya que por un lado tenemos el Monasterio Antiguo, con su Iglesia Baja del año 920 y la Iglesia Alta de finales del siglo XI, y por otro lado el Monasterio Alto o nuevo, que se construyó a finales del siglo XVII y principios del XVIII.