Castalla es uno de esos pueblos idílicos que tiene la provincia de Alicante. Y digo lo de idílico porque por el mismo precio puedes disfrutar de la cercanía del mar y la montaña. Situado apenas a cuarenta kilómetros de la capital alicantina, o lo que es lo mismo, de la Costa Blanca, su historia, su arte y su cultura nos llevan a situarnos en uno de los rincones más hermosos de la región valenciana.
Si tenéis reservados vuestros hoteles en Alicante, Castalla sería una excursión perfecta. Nada más acercarnos a la población, destacará en el corazón de su horizonte la silueta de su castillo, situado sobre una colina a 680 metros de altura. Porque el paisaje que rodea a Castalla es un paisaje de montaña, con los picos del Maigmó, el Catí y Argenya merodeando por la zona, para que podamos hacer rutas de senderismo, escalada, descenso de barrancos, etc…
El Castillo de Castalla se construyó en el siglo XI, siendo un bastión importante durante la reconquista. Su aspecto actual, sin embargo, data del siglo XVI, destacando especialmente la Torre Grossa o Torre del Homenaje. Sí que debió ser espectacular lo que hoy se conoce como el Palau, un recinto construido entre los siglos XIII y XV, y en el que hoy puede verse la Torre Prima y una enorme sala abovedada.
Si bajamos del castillo hasta Castalla disfrutaremos de un casco antiguo de pequeñas callejuelas y plazas. Una de sus calles más típicas es el Carrer de les Tronetes, situada junto a la iglesia, calle de casas blancas y suelos empedrados y que da a la Plaza del Ayuntamiento, corazón neurálgico de la población. Las casas nobiliarias de este casco viejo van del siglo XVI al XIX, por lo que os recomiendo fijaros bien en los detalles.
Uno de los principales edificios de Castalla es la Ermita de la Sangre, construido en la segunda mitad del siglo XIII en estilo gótico. Se conoce así porque desde sus orígenes albergó a la Hermandad de la Sangre. En ella se venera a la Virgen de la Soledad, patrona de Castalla. Otro edificio religioso a destacar es la Iglesia de la Asunción, del siglo XVI. Ya que estamos no debe faltar la visita al edificio del Ayuntamiento, de estilo renacentista, construido en el siglo XVII.
Como véis, Castalla es un pequeño pueblo en el que descansar y pasar un fin de semana de relax. Con un entorno natural estupendo y un patrimonio histórico-artístico muy interesante. Merece la pena.
Foto Vía Virtual Tourist
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