Uno de los barrios emblemáticos de Barcelona es El Raval, que se ubica a la derecha de las Ramblas, descendiendo desde Canaletas hacia el mar. Es un barrio de calles estrechas al que casi todos llaman «barrio chino» y cuyo verdadero nombre es El Raval.
Cabe anotar que este barrio aloja entre sus callejones alguno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, como el Liceu, el Palacio de la Virreina, la Iglesia de San Pau, el Museo de Arte Contemporáneo, la Biblioteca de Catalunya, el Mercado de la Boquería, el Centro de Cultura Contemporánea y otros monumentos singulares.
Otro detalle es que en El Raval conviven lugareños y gente venida de múltiples países y culturas como se ve reflejado en la llegada de los visitantes al Aeropuerto el Prat de Barcelona y que por medio d ela web se pueden conseguir los mejores vuelos baratos a la ciudad.
Ya en el lugar, al visitante le llamará la atención que en sus calles puedan verse comercios de todas las nacionalidades, sobre todo en la parte alta. Lo cierto es que El Raval ha sido recientemente citado como el barrio con mayor mezcla multicultural de Europa.
Basta, porm ejemplo, caminar por El Adhan (el llamado musulmán a la oración) donde hay mezquitas ubicadas en locales de planta baja situado junto a bares, escuelas de yoga, y galerías de arte contemporáneo. El mayor de ellos es el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo), un gigante blanco luminoso diseñado por el arquitecto estadounidense Richard Meir.
Se encuentra en una gran plaza concreta que, desde su apertura en 1995, se ha convertido en campo de juegos más populares del barrio. En cualquier momento del día, el espacio se verán inundadas por los niños jugando al cricket y el fútbol que se entremezclan con mujeres caminando a La Boquería.
Los signos de aburguesamiento están en todas partes, y si bien esto sigue atrayendo a una buena cantidad de críticas, nadie puede negar los beneficios de mejorar la vida para un barrio que ha sido históricamente privados de la luz y el espacio para respirar.
Y es que la reputación antigua de un barrio de mala muerte va disminuyendo, aunque la zona todavía tiene sus cosas por cambiar.
Foto Vía cocoonbarcelona
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