Lloret de Mar en la Costa Brava

Lloret de Mar es sin duda uno de los destinos turísticos más internacionales de la Costa Brava catalana. Situado en la comarca de la Selva, si queremos pasar en ella las vacaciones, no debemos tardar mucho más en alquilar una habitación de los varios hoteles en Lloret de Mar.

Pero Lloret es mucho más que un lugar con playa y fiesta. Lloret posee un accidentado perfil costero que incluye acantilados de más de 100 metros de altura. Y es que si queremos hermosura aquí la tendremos, estas rocas se hunden en el bello Mediterráneo configurando bonitas y acogedoras calas con increíbles fondos marinos, aptas buceadores y bañistas a la vez.

La calidad de sus aguas junto a las temperaturas agradables que se disfrutan en Lloret de Mar son sus atractivos naturales primeros para los visitantes o turistas a este lugar. La gran cantidad de propuestas de ocio que posee el municipio es otro de sus atractivos, donde podemos destacar uno de los recorridos que recorren el casco histórico de Lloret, donde podremos comprobar que debajo de la superficie existe el trazado de una antigua villa marinera.

En el paseo del Mar podremos ver también varias viviendas decimonónicas y de tipo modernistas, mientras que en otros puntos del municipio podremos disfrutar de su arquitectura religiosa con la iglesia de Sant Romà y la ermita de Santa Cristina. El monumento a la Mujer Marinera de Ernest Maragall es otro de los monumentos que no podemos dejar de visitar o hacerle una foto.

El modernismo posee en Lloret, del mismo modo que en otras poblaciones costeras catalanas, bellos ejemplos y hermosas obras como las de Puig i Cadafalch. La ermita de la Verge de Gràcia, el panteón de la familia Costa Macià o el crucero que conduce a Sant Pere del Bosc son los ejemplos primerizos y puros de este arquitecto, uno de los grandes del modernismo catalán.

Si no tenemos suficiente con estos monumentos, a la salida del pueblo, en el lugar donde comienzan las urbanizaciones turísticas a la orilla de diversas playas, se alza una imponente torre sepulcral romana que data de la época imperial de los romanos.

Foto Vía: Xavigivax

Suances, algo más que playa

Suances es un hermoso municipio de Cantabria, en la costa norte de la península ibérica, que se constituye por los pueblos de Suances, Ongavo, Puente Avios, Cortiguera y Tagle. Su orografía es típica de todo el norte, es decir, una sucesión de suaves colinas visten el entorno de verde con algunas zonas de bosque que acaban al lado del mar, en unos hermosos acantilados que forman a su vez bellas playas y calas.

Hace no tanto, Suances era un pequeño y tranquilo pueblo costero cuya economía dependía sobre todo de la agricultura y la pesca. Hoy día pero, y los hoteles en Suances lo demuestran, el lugar se ha transformado en uno de los principales focos turísticos que acoge la comunidad de Cantabria.

Además, es un municipio con historia. Sus orígenes se remontan hasta el paleolíticos inferior, y es que su privilegiada ubicación, en torno a la ría de San Martín hizo que la zona se poblada desde hace muchos siglos. Los romanos mismos utilizaron esta vía para dar salida al mineral que se extraía en las cercanas minas de Bleda y de hecho, la primera documentación escrita donde aparece Suances se puede decir que es de Plinio, pues se identifica con el Potus Blendium de aquel.

Sus principales atractivos actuales tienen que ver, cómo no, con las playas, pues es lo que busca la mayoría de viajeros que “aterrizan” en Suances. No obstante, no es la costa el único lugar interesante que descubriremos en la localidad. La Punta Ballota, la Punta del Dichoso, la misma ría y el entorno, junto al Barrio La Cuba son otros de los atractivos de este municipio cántabro. Este último lugar es muy interesante pues aún conserva el tipismo antiguo.

Si vamos en verano a Suances nos encontraremos con numerosas fiestas y celebraciones como el Torneo Internacional de Volley-playa, Torneo Internacional de Balonmano-playa, Cursos de la UIMP, Surf, traineras y una marcha nocturna que nos recuerda que es un pueblo lleno de alegría.

Foto vía: fredpanassac

El Castillo y Faro de Aguadulce



Aguadulce
es uno de los lugares más atractivos de la provincia de Almería, uno de los mejores lugares para ir de vacaciones este verano. Si bien el lugar es conocido sobre todo por sus playas y sus paseos, además de su tranquilidad y alegría, Aguadulce también tiene lugares para ver, lugares que como el Faro y el Castillo de Santa Ana, le dan un toque monumentístico e interesante al lugar más allá del atractivo natural. Así, si nos hospedamos en uno de los hoteles en Aguadulce, no dudemos en visitar lo que a continuación proponemos.

El Castillo de Santa Ana o también llamado el de Las Roquetas, se ha convertido desde su inauguración, mayo de 2003, en uno de los lugares más visitados de Roquetas de Mar. La historia de este fuerte o fortificación comienza en el siglo XVII y sirvió durante años como refugio de los escasos habitantes que vivían por aquel entonces en el municipio, cerca de la zona del Puerto.

San Sebastián de La Gomera

Si estamos hartos de los destinos vacacionales de toda la vida, destinos que sólo nos ofrecen sol y playa o aburridas rutas arquitectónicas, una de las mejores opciones que podemos escoger es ir reservando ya uno de los hoteles en La Gomera, en las Islas Canarias.

Hoy hablaremos de su capital, de San Sebastián de La Gomera, sede administrativa y política de esta isla, especial isla, de las Canarias. San Sebastián no es una capital cualquiera, el hecho de estar en las Islas Canarias ya le concede una especial atención o importancia pues como en casi todas las islas del archipiélago tradición, cultura y animación se mezclan en perfecta armonía.

En San Sebastián de La Gomera podemos destacar su casco antiguo, el cual posee más de quinientos años de historia, desde la conquista de este pequeño paraíso por parte del reino de Castilla hasta hoy, pasando por el paso de Cristobal Colón por la isla antes de su “descubrimiento” de América.

Sancti Petri, pequeña joya en Cádiz

Cádiz es un auténtico destino vacacional. Sus diferentes pueblos y ambientes nos aseguran unas vacaciones diversas, donde la playa y la diversión sobresalen del resto de actividades. Es, por ejemplo lo que nos ocurrirá si estamos en uno de los hoteles en Sancti Petri, una pequeña isla situado al sur de San Fernando y que queda justo en la desembocadura del caño de Sancti Petri, frente a las costas de la playa de Camposoto, la punta el Boquerón y la playa homónima a la isla.

Pero Sancti Petri no es tan sólo un destino de sol y playa, sino que como ocurre con la mayoría de islas que se sitúan en frente de las costas, tiene una larga, interesante y misteriosa historia a sus espaldas. Lo podremos comprobar, a la vez que les damos un homenaje a nuestros ojos, con el Castillo de Sancti Petri y el faro.

En la antigüedad existía un templo en la isla, el templo de Hércules Gaditano, lo que todavía le da más atractivo al lugar.

En vez de pasar todos los días en las playas y en las terrazas, podemos ir a visitar el faro. Fue parte del sistema defensivo de la costa, pues la misma isla fue fortificada en los alrededores de 1610 y mejorándose sus instalaciones en el siglo XVIII. No obstante, en octubre de 1918 se instaló un aparato eléctrico que hacía las veces de faro encima del torre de homenaje prácticamente arruinado.

No obstante, seguramente el atractivo cultural más interesante de la isla es el castillo de Sancti Petri, el cual tiene un carácter defensivo y trazado irregular. Recordemos que esta zona aún era atlántico, por lo que se concebía como lugar estratégico como entrada al mediterráneo. El baluarte formaba parte, como la torre del homenaje que sustenta el faro, de la línea de fortificaciones que protegían la entrada del caño de Sancti Petri, el brazo de mar que desemboca frente al islote junto a las baterías defensivas de diversos lugares cercanos.

Seguramente el edificio más significativo del castillo es la Torre-Atalaya, construcción más antigua de la fortificación y casi símbolo de la isla.

Foto Vía: Peeyaimen

Marbella, exclusivo destino malagueño

Marbella, dejando prejuicios aparte, es sin duda uno de los destinos principales de la Costa del Sol. Su excelente clima, su entorno natural y sus playas, además de los importantes complejos deportivos, hacen de esta ciudad malagueña uno de los destinos más importantes del sur de la Península Ibérica.

Gran prueba de la calidad de las infraestructuras son los hoteles en Marbella y Puerto Banús, uno de los lugares más emblemáticos de Marbella y el cual no podemos dejar de visitar si viajamos a Marbella.

Rodeado de urbanizaciones más bien exclusivas, este famoso puerto deportivo tiene el honor de recibir cada año a algunos de los yates más grandes, imponentes y lujos de todo el mundo, aquí se mueve lo que coloquialmente se dice “la creme de la creme”. Y no es para menos, sus instalaciones ofrecen una selecta zona de ocio configurada por locales, restaurantes y tiendas de firmas internacionales que no son fáciles de encontrar en cualquier ciudad del mundo.

Los montes de San Sebastián

San Sebastián o Donostia es sin duda una de las ciudades más bonitas de Europa. Sus playas, sus alrededores y su vida callejera animan a todos los visitantes que la ciudad recibe durante todo el año. Además, la calidad de los hoteles en San Sebastián es envidiable.

No obstante, no siempre se tiene en cuenta todo el atractivo de la ciudad. Hoy hablaremos de los montes que rodean Donostia, montes que se pueden visitar durante una tarde y que son diferentes entre sí. Y es que los montes de San Sebastián protegen y abrazan la ciudad con cariño, les dan el pulmón verde que toda ciudad necesita, junto al ocio y esparcimiento que sus gentes necesitan.

El monte Igueldo es quizás el monte más conocido de San Sebastián. Su torreón, del siglo XVIII y cuya función inicial ha cambiado de faro a mirador, preside una espléndida vista de la ciudad. Se recomienda tomar el funicular para subir, el más antiguo de Euskadi y en funcionamiento desde 1912. También podemos destacar el faro, en el flanco occidental y construido en 1855, el cual se yergue con delicadeza sobre unas vistas al mar y a los acantilados.

El monte Urgull es también un bello lugar para pasear y conocer la larga historia militar de la ciudad. Desde el siglo XII este lugar ha sido fortaleza militar, mientras que sus murallas se conservan en los aparcamientos subterráneos del Boulevard y hacen gala de ser el único testigo de una San Sebastián amurallada. El monte Urgull fue el testigo de excepción cuando la ciudad tuvo que capitular en manos de los franceses y el incendio de Donostia. Arriba se levanta el Castillo de la Mota, también del siglo XII y pieza clave de la antigua San Sebastián. Aún se pueden apreciar cañones y aspilleras defensivas.

Dejamos para el final el monte menos conocido de San Sebastián, el monte Ulia. Es un parque natural en plena ciudad, que ha cambiado su antigua función de atalaya para el avistamiento de ballenas por zona de esparcimiento. La estructura que hoy tiene el monte se levantó a principios del siglo XX, cuando el lugar fue pensado como zona de recreo para la aristocracia. A lo largo de los años, pero, el lugar se ha convertido como la zona senderista más importante de la ciudad, por la cual pasan importantes caminos como el camino de la costa del Camino de Santiago.

Foto Vía: Mikelo

Isla Cristina, joya de la Costa de la Luz

Un buen lugar para veranear puede ser la costa de Huelva, y dentro de este ámbito geográfico especialmente recomendable es el rincón de Isla Cristina, situado en la Costa de la Luz y que linda con Islantilla, Lepe y Ayamonte. Lugar especial preparado para acoger a miles de turistas en verano, los hoteles en Isla Cristina nos ofrecerán todo tipo de servicios.

La población del municipio supera los 20.000 habitantes y su economía gira básicamente en torno al turismo y también la pesca, haciendo honor a su tradición marinera que no es tanto tradición sino realidad.

Isla Cristina mira al mar y sus calles y avenidas siempre desembocan cual río a ella. Entre sus calles podremos encontrar monumentos singulares como la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, datada a mediados del siglo XX y el paseo de las flores. La Casa Patio San Francisco es otro lugar interesante que podemos visitar.

Si queremos comer pescado fresco, no dudemos en acudir a cualquier pescadería de la zona, pues en ellas encontraremos la pesca recién capturada y vendida en la lonja. Una pequeña visita a la lonja es especialmente recomendable para conocer el quehacer de mucha de la población del lugar.

Otra cosa a destacar son las playas de Isla Cristina, seguramente su principal reclamo. En total, las playas de Isla Cristina se alargan durante 12 kilómetros de arena dorada y aguas cristalinas. Especialmente recomendable en caso de las playas son la Punta del Caimán y la Redondela, además de la Playa del vecino Islantilla. Si lo nuestro, pero, es la naturaleza más allá de las playas, cerca nos encontraremos con el Parque Natural de las Marismas de Isla Cristina, lugar donde se podrán observar aves de muy distinta índoles.

Así pues Isla Cristina es un destino variopinto, con ofertas estivales de todo tipo, tanto para el aventurero como para el holgazán, para el fiestero y el deportista. En fin, un destino tranquilo, alegre, natural y relajante.

Foto Vía: Fanattiq

Aguadulce, pequeña gran ciudad

Aguadulce es un centro urbano perteneciente al término municipal de Roquetas de Mar. De hecho, es uno de los centros turísticos más importantes de la provincia andaluza de Almería. Y es que desde 1964 está declarada como Centro de Interés Turístico Nacional. Para ilustrarnos, diremos que en 1950 el lugar tan sólo poseía 27 casas y 300 habitantes, mientras que hoy día viven hasta 15.000 en invierno y 45.000 en verano.

Se dice que el nombre de Aguadulce proviene del hecho de que entre los escarpados peñascales que se inclinaban hacia la playa brotaban antaño surtidores de agua cristalina procedentes de la Sierra de Dador. En la misma arena, incluso dentro del mar, el agua dulce se alzaría a borbotones entre su compañero salado.

El mayor atractivo de Aguadulce es su playa, una de mayor grado de ocupación en el sur de Almería. En total tiene 2.500 metros de longitud y una anchura media que llega hasta los 30 metros. Aquí podremos disfrutar de una amplia oferta de ocio y los hoteles en Aguadulce, los cuales se sitúan al borde de la costa como reclamos muy tentadores para los turistas que llegan cada verano. Es una playa urbana a la cual no le falta ningún tipo de servicio ni equipamiento.

Aguadulce se sitúa tan sólo a unos 10 kilómetros de Almería, en total 15 minutos en coche. Hoy en día la pequeña ciudad ya se está convirtiendo en una especie de extensión de la capital, pues cada día son ya más las familias almerienses que viven en Aguadulce como primera residencia.

Aquí podremos pasear por el Paseo Marítimo, que posee unas hermosas vistas de la Bahía Almeriense. También cuenta con un Puerto Deportivo, tranquilo de día y animado por la noche. Si lo que nos gusta es conocer el espacio natural, cerca de Aguadulce podremos hacer pequeñas excursiones por la Reserva y Paraje Natural de Puntas Entinas-Sabinas y por el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.

En fin, todo un destino para disfrutar de unas estupendas y relajadas vacaciones. Si lo nuestro es el estar tranquilo, sin muchas molestias, en la extensa playa de Aguadulce lo conseguiremos.

Foto Vía: Spacelives

La Cueva de Nerja

Nerja, en Málaga, es conocida sobre todo por sus playas y acantilados, lugares incluso paradisíacos que se completan con una estupenda oferta de hoteles en Nerja. No obstante, hoy no caeremos en la costumbre y no hablaremos de las playas y acantilados de Nerja, sino de la Cueva de Nerja, otra maravilla natural del municipio y apodado como la Catedral natural de la Costa del Sol.

Esta belleza natural se encuentro a 750 metros del litoral sobre un altozano, a unos 200 metros del mar y en las últimas estribaciones de la Sierra de Almijara. La zona habilitada para su visita tiene nada más y nada menos que 140.000 metros cuadrados y una longitud máxima de 700 metros.

Una de las figuras naturales más espectaculares es la gran columna situada en la Sala del Cataclismo, una columna de 60 metros de alto y 18 metros de diámetro, ahí es nada.

Pese a que hoy día se están realizando obras para la apertura de nuevas galerías en la cueva, quedaremos contentos con lo que ya hoy día se puede ver. Para acceder a la cueva. El acceso se da por una escalera que nos llevará a una primera sala de 14 metros de ancho y 3 de altura, donde comprobaremos un relleno arqueológico en el suelo. Esta primera sala y la siguiente se unen por un sinuoso corredor, que desciende hasta desembocar en una segunda sala más grande, en la Sala del Belén.

Si giramos hacia la izquierda nos encontraremos con la sala denominada como el Colmillo del Elefante y desde aquí se podrá descender hasta desembocar en una balconada o la Sala de la Cascada o del Ballet, lugar donde se celebra un Festival todos los años.

Así es la Cueva de Nerja, una sala especial tras otra, todas con diferente nombre y muchos más en cantidad de los que acabamos de comentar. Quizás la sala más atractiva sea la del Cataclismo, la mayor y donde la columna antes dicha esta incluida en el Libro Guiness por su gran columna.

Ya sabemos, pues, que en Nerja se puede hacer algo más, mucho más, que ir a la playa. Una visita a la cueva resulta imprescindible para conocer la historia de Nerja y la grandeza de la naturaleza.

Foto Vía:luzyacentillo