Hay ciertos lugares que son emblemáticos en Málaga. Calles y plazas que os van a recomendar en cualquier guía turística, monumentos que no debéis dejar de ver y museos con los que os llevaréis la mejor esencia de esta ciudad.
Posiblemente la Plaza del Obispo sea uno de esos rincones especiales de la capital de la Costa del Sol. No tiene pérdida ya que se encuentra frente a la fachada principal de la catedral y el Palacio Episcopal. Un lugar frecuente de paso tanto para turistas como lugareños, muy cerca de algunos de los hoteles en Málaga baratos.
Su origen hay que buscarlo en la época musulmana, aunque su aspecto actual data del siglo XVIII. Presidida en el centro por la Fuente de la Plaza del Obispo de 1785, a su alrededor encontramos dos de los principales monumentos de la ciudad: la Catedral de la Encarnación, la popular Manquita, y el Palacio Episcopal.
No es una plaza demasiado grande pero sí de gran interés por su carácter monumental. Precisamente, como os podéis imaginar, su nombre le viene por estar aquí situado el Palacio Episcopal, construido en el siglo XVI. A finales del siglo XX se restauró y se encontraron en él restos de la muralla de la época de los romanos.
Os recomiendo la visita a esta plaza especialmente de día, sobre todo por las mañanas, llena de vida. Alrededor hay cafeterías y, con el buen tiempo, es un buen lugar para sentarse en las terrazas. Si hay que elegir un local para tomar algo os aconsejo la Taberna del Obispo, con sus especialidades de carne y pescaíto frito.
Un lugar, por tanto, este por el que a buen seguro pasaréis en vuestra visita por Málaga. Merece la pena perderse por el centro histórico, disfrutando del ambiente de sus calles y plazas, descubriendo sus principales monumentos y tomando algo en sus bares y restaurantes.
Algo que, en conjunto, podéis hacer precisamente en la Plaza del Obispo.
Foto Vía Travel Around Spain
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