Tanto tiempo planificando nuestro viaje y, a la vuelta, nos traemos unas sensaciones que no esperábamos. ¿Cuántas veces nos ha pasado esto mismo? A mí muchas, la verdad. En algunas ocasiones es por no llegar a nuestras expectativas, otras por alguna mala experiencia y, la mayoría de las veces, por no saber elegir bien nuestro alojamiento.
Sí, estadísticamente hablando las decepciones turísticas en un viaje vienen dadas especialmente por fallar a la hora de elegir nuestro hotel. Creemos que hemos elegido el mejor y, a la hora de la verdad, o bien nos pasamos de presupuesto o bien falla en las necesidades básicas que buscamos.
En España, tanto si queremos reservar nuestros hoteles Barcelona, Madrid o cualquier punto de la geografía, hay algunos factores que debemos tener en cuenta antes de concretar un alojamiento. En primer lugar, fijaros en su ubicación. Hay quien prefiere pagar por un hotel barato, alejado de la ciudad, sin darse cuenta que luego habrá de gastarse un buen dinero en transporte.
Por eso, a veces, es mejor reservar un hotel en el centro, un poco más caro, pero desde el que tengamos fácil acceso a aquello que tengamos pensado visitar. Como veis, no te ahorras más reservando un hotel más barato, sino aquel que mejor se adecúe a tus necesidades.
Una vez elegida la ubicación, hay que verificar los servicios que dicho hotel nos ofrece. Hoy en día, gracias a internet, podemos tener acceso a toda la información. Por ejemplo, si tenemos pensado viajar a Sevilla o Córdoba en verano, qué mejor que nuestro hotel tenga piscina. O si nuestro alojamiento se halla en una estación de esquí, sería interesante que contara con sistema de transporte hasta la estación.
A veces reservamos un hotel con todo lujo de detalles: balneario, spa, gimnasio, restaurante, discoteca, etc… y luego no hacemos uso de ninguno de estos servicios, porque apenas paramos en el establecimiento para dormir. Si por el contrario sois más de turismo tranquilo, no os vendría mal revistar todos los servicios que os ofrece dicho hotel.
A todo esto hay que añadirle que el hotel esté bien comunicado, es decir, cercano a estaciones de tren, autobús, que tenga fácil acceso para los turistas (llegar en taxi o en coche) y que disponga de todo lo necesario en materia de acceso para discapacitados o actividades para niños, si es que es nuestro caso.
En definitiva, desde aquí queremos que no escojáis vuestro hotel precipitadamente. La estadística dice que una mala elección de nuestro alojamiento puede echar al traste en parte esas vacaciones que tanto ansiamos. Hoy, gracias a internet, podemos elegir nuestro hotel entre un amplio abanico de posibilidades. Paciencia, y con calma.
Foto Vía Maplandia
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