En estas fechas veraniegas quizás haga un poco de calor, pero pasear por la Judería de Córdoba es un verdadero placer. Su laberinto de estrechas callejuelas invitan a un paseo relajado, descubriendo el peso de la historia en una ciudad que, ya de por sí, es una de las más históricas de España.
Ya en la época romana y visigoda se asentaron en Córdoba los judíos. Pero no fue sino a partir del siglo VIII, con la presencia de los musulmanes, cuando su cultura floreció notablemente. Solo hace falta poner como ejemplo al célebre Maimónides, el más famoso filósofo judío que, precisamente, nació en las estrechas calles de la Judería de Córdoba en el año 1125. Hoy puede verse una estatua que lo recuerda en la Plaza Tiberíades de esta Judería.
Accedemos a la judería a través de la Puerta de Almodóvar, donde vemos una estatua de Séneca. Hay que decir que la Judería de Córdoba llega hasta la calle El Rey Heredia por el noreste, y la célebre Mezquita hacia el sur. Si habéis reservado vuestros viajes baratos hasta esta hermosa ciudad, este paseo es imprescindible.
La belleza de las callejuelas se conjuga con las fachadas de blanco encalado, las macetas cuajadas de flores y las hermosas plazoletas. Se siente, mientras se pasea, la historia que ha corrido por el empedrado de estos rincones. Por algo este barrio, desde 1994, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Calles como la de Tomás Conde, la de los Judíos o la Plaza de Judá Leví (en la que se halla la Oficina de Turismo de Córdoba) son algunas de las más emblemáticas. Sin duda debéis visitar lugares como el Hospital del Cardenal Salazar, que alberga la Capilla de San Bartolomé con sus azulejos de los siglos XIII y XIV, el Museo Municipal Taurino y, cómo no, la Sinagoga construida en 1314, situada junto al Zoco.
La Sinagoga de Córdoba se halla precisamente en el corazón de la judería, en la calle de los Judíos. Se trata de una de las tres sinagogas originales que quedan aún en pie en España. De estilo mudéjar, se convirtió en iglesia en el siglo XVI, y en su interior se descubre una amplia galería con inscripciones de salmos hebreros y otras decoraciones.
La belleza del recorrido por la Judería de Córdoba hace que de ella nos llevemos un sabor especial. A la caída de la tarde, con la mezcla de luces del ocaso, ese sabor tal vez sea incluso mágico. No dudéis a la hora de visitarla.
Foto Vía Red Juderías
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