No, no Salamanca, sino Talamanca, Talamanca de Jarama, un pequeño pueblo situado a unos cincuenta kilómetros al norte de Madrid, uno de esos rincones de la serranía madrileña que merecen la pena conocerse. A decir verdad, y como muchos amigos madrileños me indicaron, Talamanca de Jarama es una bellísima sorpresa que te descubre el camino y el río Jarama que le da nombre y apellidos.
La primera impresión que tenemos de Talamanca de Jarama es su puente romano, situado a las afueras de la población, puente de cinco arcos que podría decirse que simboliza a la villa. Atravesando este puente llegamos a Talamanca, viejo pueblo medieval del que se aprecia que estuvo completamente amurallado, con grandes muros y torreones.
No es muy difícil llegar desde la capital española si tenéis reservado vuestros vuelos baratos a Madrid. Es más, tal vez no sea de los pueblos más conocidos pero sí de los más recomendados para visitar. Se puede ir en coche o en autobús, con la compañía Continental Auto, que sale de la Plaza de Castilla.
Tal vez hoy no sea lo que fue antaño, pueblo castellano y medieval de gran importancia y ubicación estratégica, de ahí los altos y recios muros que lo defendían. Sin embargo, uno puede perderse en los recovecos de Talamanca y admirar rincones como la Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XIII, una de las pocas construcciones plenamente románicas que quedan en la Comunidad de Madrid, o la bella Ermita de la Soledad.
Más reciente es la Cartuja, del siglo XVII, y junto a ella la Bodega del Arrabal, del XVIII. Pero lo que más llama la atención de Talamanca de Jarama es su recinto amurallado, con diferentes puertas como la de la Tostonera y la de Uceda, algunos torreones que quedan en pie y diversos lienzos de los muros. Hay que resaltar que estas murallas urbanas fueron construidas a mediados del siglo IX, de ahí su gran valor e importancia histórica.
Hoy la hermosa vista romántica y nostálgica de Talamanca de Jarama nos describe un pasado histórico de esplendor. Su puente romano, aunque modificado y restaurado en la Edad Media, sus monumentos y sus viejas murallas aún son testigos del paso de los siglos. Si queréis vivir la esencia de uno de los rincones más señoriales de la serranía madrileña, perderos por Talamanca.
Foto Vía El Sitio de Talamanca
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