Dicen que Ciudad Real, ciudad de más de 700 años de antigüedad, tenía pocos monumentos significativos y que, por tanto, no merece la pena o no es recomendable su visita. La verdad es que el hecho de no tener monumentos significativos o sumamente importantes (reclamo de muchas localidades y ciudades de España para el turismo) no es, para nada, exclusivo a la hora de visitarla.
Cuando uno llega a Ciudad Real no le hacen falta monumentos enormes, grandiosos y con mucha historia pues, lo cierto es que cuando se llega a Ciudad Real uno se encuentra con una ciudad digna de ser visitada, una ciudad alegre y animada, con cientos de estudiantes y turistas que llenan las terrazas de la ciudad. Y es que la vida de esta población le da un turismo especial e interesante, quizás único.
Ciudad Real fue fundada con el nombre de Villa Real por Alfonso X el año 1255 y fue Juan II el que le dio su actual nombre. Apenas quedan hoy restos de las antiguas murallas que rodeaban Ciudad Real, pero se puede destacar la todavía sobreviviente Puerta de Toledo, del año 1328 y hoy muy restaurada. De la época medieval, también se ha legado la designación de los barrios, es decir, el barrio cristiano, la morería y la judería, barrios que contienen todavía su nombre.
La Catedral de la ciudad es la de Santa María del Prado, un espléndido templo construido sobre las ruinas de una anterior iglesia del siglo XII. La parte más antigua es el rosetón y la Puerta de los Pies, de finales del siglo XIII y principios del XIV. El interior de la Catedral es precioso, donde sobre todo destaca el retablo, que acoge la imagen de la patrona en el centro.
No obstante, la iglesia más antigua de Ciudad Real es la de Santiago, de finales del XIII. Ha sido restaurada en numerosas ocasiones, pero todavía queda a la vista la techumbre mudéjar, que antes se ocultaba tras las bóvedas barrocas del siglo XVIII. Otro edificio religioso que cabe destacar es la iglesia medieval de San Pedro, quizás la más bonita. Esta iglesia consta de tres puertas, la del Perdón, la del Evangelio y la de la Epístola y en su interior cabe destacar el monumento funerario de los Coca.
Otra de las cosas que merece la pena un vistazo es el Museo Provincial, cerca de la Plaza Mayor. El Museo Elisa Cendrero (que incluye el Archivo Histórico Municipal) y el Museo Diocesano pueden completar la visita museística de Ciudad Real.
Así pues, Ciudad Real también tiene monumentos, aunque quizás éstos no sean comparables con grandes construcciones de otros lugares. No obstante, merece la pena visitarlos ya que forman parte de la vida de la ciudad de la animada vida de la ciudad. Se puede hacer todo en un día, pero Ciudad Real da, y de sobras, para todo un puente. Además su gastronomía también es excelente, es tierra de pistos y migas. Es aconsejable pedir una ración de tiznao, un guiso de productos asados con bacalao, pimientos, patatas, cebollas y ajos. También podemos deleitarnos con el ajo con patatas, el asadillo, las migas con chorizo y lomo o la perdiz al escabeche. Todo bien acompañado del envidiable vino de las bodegas de La Mancha.
Foto Vía: MiCiudadReal