Afortunadamente tengo la suerte de pasar casi todos los días por ella. La estampa y la silueta de Pontedeume desde el puente es única. Porque Pontedeume es precisamente su puente, de ahí su nombre, puente sobre el río Eume, al fondo de la ría de Ares. Puente medieval de 79 arcos, el más grande de Galicia hasta la época moderna.
Pontedeume se halla a unos cuarenta kilómetros al este de La Coruña, por lo que ya podéis ir mirando vuestras ofertas de vuelos a la ciudad y acercaros por aquí. Nada más cruzar el puente os encontraréis una Pontedeume de estrechas callejuelas empinadas, llenas iglesias, palacios y torres medievales, como la de los Andrade, asomada al Eume.
Plazas de soportales y un paraíso de la piedra y el granito. Balcones de blancas galerías, tan típicas en esta zona de Galicia, además de bares y tabernas en las que probar los excelentes vinos y lo mejor de la gastronomía local.
Si nos perdemos en el centro histórico de Pontedeume hay que visitar la Iglesia de Santiago, construida en el siglo XVIII. Hay que subir una pequeña callejuela empinada para llegar, pero merece mucho la pena. En su interior veréis el sepulcro de Fernando de Andrade, del siglo XVI. Cerca de la iglesia se halla el Palacio Raxoi, y desde allí surge el laberinto de callejuelas que nos llevan a la parte baja de Pontedeume.
En esta parte baja, la primera que avistaremos al cruzar el puente, tenemos la Torre dos Andrade, el único vestigo que nos queda del Castillo de los Andrade, además del Convento de San Agustín, construido en el siglo XVI, y que hoy alberga la Casa de Cultura. Por la zona también merodea la Iglesia de las Virtudes. El parque de esta zona es un mirador magnífico para atisbar la ría, el Eume y el puente del siglo XIV, que llegó a ser en su época, con sus 850 metros, el más largo de España.
Si os quedáis en Pontedeume unos días y queréis hacer un recorrido por los alrededores, no perderos el Parque Natural de las Fragas del Eume, uno de los últimos bosques atlánticos europeos que nos quedan, con paisajes y rincones de enorme belleza. Dentro del bosque, precisamente, tenemos el Monasterio de Caaveiro, desde el que se tiene una panorámica preciosa del parque.
Pontedeume es uno de esos pueblos tranquilos y pintorescos de Galicia. Pasear a orillas de su ría al atardecer es uno de los enormes placeres que os puede sugerir la vida. Las pequeñas barquitas y la exhuberante naturaleza que corona las casas de este rincón son el espejo en el que buscar lo mejor de esta región.
Foto Vía Prodigasa
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