El Palacio Real de Madrid

Está claro que una de las visitas imprescindibles que tenemos que hacer en la capital de España es al Palacio Real. Tanto por su historia como por su arquitectura, e incluso por ser el segundo palacio más grande del mundo, sólo por detrás del Palacio de Versalles. Si queréis visitarlo completamente, debéis dedicarle una mañana o una tarde entera.

Fue construido en tiempos de Felipe V y se tardó sólo 25 años. Decimos solamente teniendo en cuenta lo grande que es…  Fue ocupado desde su construcción hasta el siglo XX, ya que su último inquilino fue el rey Alfonso XIII, quien lo abandonó en 1931.

El edificio es un ejemplo extraordinario de lo que es la arquitectura clásica francesa. Si lo observáis, está rodeado de maravillosas estatuas. Sin embargo, no todo está decorado al estilo europeo. Fijaros por ejemplo en las estatuas de piedra del príncipe inca Atahualpa y del rey azteca Moctezuma, algo bastante raro en los palacios de la época.

Una visita al interior y exterior del palacio es la única y mejor manera de apreciar gran parte de su historia y su arte. La visita guiada, lo más recomendable, dura unas dos horas, e incluye el Salón Gasparini, una sala impresionante con preciosas paredes, techos y una increíble lámpara de araña. Fijaros también en el salón de banquetes, con capacidad para más de cien invitados.

La visita continúa en la Sala del Trono, donde se dictaron sentencia durante tantos siglos en la monarquía española. También merece la pena visitar la Armería Real, con una impresionante exposición de armas y armaduras antiguas, además de los instrumentos de torturas utilizados durante la Inquisición.

A mí me gustó también de la visita la Farmacia Real, que muestra muchos de los intrumentos y medicamentos que se utilizaron para el tratamiento de la familia real. Merece la pena también la Biblioteca Real, que si bien no es demasiado grande para mi gusto, cuenta con una colección impresionante. Hay una primera edición del Quijote y algunos instrumentos musicales bastante antiguos.

Y un consejo: no olvidaros en vuestra visita del tradicional cambio de guardia. Aunque hay que llegar temprano porque se agolpa mucha gente en la puerta y no os dejarán verlo bien. Lo que está claro es que el Palacio Real es uno de los lugares más turísticos de Madrid, y no hay que dejarlo atrás.

Foto Vía Quezi

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