Perdernos desde el norte hasta el sur. Esto es lo que tiene estar cada día de un sitio a otro en un lugar como en España, la posibilidad de pasar de las playas de Santander, o esquiar en los Pirineos, al embrujo que hoy nos envuelve con la mágica Granada. Cuantos suspiros y emociones vividos en esta tierra, donde la Alhambra coquetea cada tarde con el horizonte, en un juego sibilino de arte e historia.
Hay muchos vuelos baratos a Granada que os transportarán, casi por arte de magia, a un lugar distinto. Un lugar dominado por ese enorme y elegante palacio nazarí, construido por Yusuf I en 1348, uno de los grandes símbolos de Granada, de España y del legado musulmán en la historia de la humanidad. Pero Granada no sólo vive de su Alhambra. Ays, si sólo viviera de ella… pero no…
Callejear en Granada es un sueño para cualquier buen turista que se precie. Podríamos empezar por todos los lugares, y acabar quién sabe dónde y cómo. Bajando desde la Alhambra, por la Puerta de las Granadas, atravesando las Torres Bermejas y Casa de los Tiros, para llegar al Convento de San Francisco. O tal vez tomar la Plaza de Santa Ana y poner rumbo al Convento de Santa Inés y los Baños Árabes, para buscar al fondo el quejío que deja en el aire el Barrio del Albaycín, de la mano del Sacromonte.
La calle principal de Granada, o una de ellas, es la Gran Vía de Colón, que nos ofrecerá la bella estampa de la Catedral de Granada. Este centro histórico de la ciudad es un reducto de calles, callejuelas y plazas. Perdernos en la Alcaicería, junto al Ayuntamiento, y tomar la Acera del Darro, o un poco más allá la Plaza de Mariana Pineda… O tal vez volver la vista atrás, y tras pasar la Iglesia de los Santos Justo y Pastor, desembocar en el Monasterio de San Jerónimo.
¿Por dónde empezamos’, ¿por dónde seguimos?… Granada se deja embaucar por nuestros pasos, y nosotros por el delirio de Granada. Escuchar cómo canta el agua en los patios de Granada, en la sonrisa de cristal del Darro, en el poema de piedra que son las empinadas callejuelas de Granada. Parques, jardines, patios y plazas… y al fondo, centinela dorado, el murmullo nostálgico de la Alhambra.
No tardéis en venir a Granada…
Foto Vía Oskarsson
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